A la memoria de Francisco y María Estela Zúñiga Díaz.
Me
gustan mucho las palabras Tata y Mama: tan primarias y tiernas…iniciales
balbuceos que perduran en la lengua materna, para nombrar a los que dieron
forma a nuestra alma, a través de un cuerpo para este mundo, en estas tierras Latinoamericanas,
donde al planeta se le ha llamado PachaMama.
El
Señor de los Cielos para nuestros abuelos era Tatica Dios. Nada más entrañable que
dirigirse así, al Gran Espíritu y a la Madre Tierra.
Creo que Tata es ese que nos alberga, reconoce, y nos da un lugar amoroso en la existencia, aunque no tengamos su lazo de sangre.
Creo que Tata es ese que nos alberga, reconoce, y nos da un lugar amoroso en la existencia, aunque no tengamos su lazo de sangre.
Por
eso hoy quiero honrar a Francisco Zúñiga Díaz, quién fue esposo de mi tía Elsa
y que más que un tío, fue para mí un Tata adorable.
Tío
Chico y Tía Elsa me llevaron a conocer el mar, y a muchos paseos, algunos
fueron reales safaris a lugares recónditos... ¡Recibí tantos momentos de regocijo con ellos, que fueron como
Tata y Mama chineadores!
Tio-chi -así lo bauticé de niña- siempre me
dio mucha alegría. Con su humor a flor de palabra, creaba en mis días una
ventana con cristales sinuosos y coloridos, que me permitían mirar con otros
ojos,el entorno a veces sombrío que me rodeaba.Nuestro tiempo compartido es para mí un bálsamo de aromas insustituíbles.
¡Como
nos reíamos en casa con él!. Su presencia que tenía algo de tímida y de duende pillín, nos
inundaba con el ingenio de sus satíricas puntadas.Aquel amplio corazón me
dio cariño incondicional y protector. Fue mi amigo cómplice y tuve su ejemplo
de bondad y paciencia a toda prueba.
También
me regaló la dicha de tener como tías, a sus hermanas Adela y María Estela,
criaturas por encima de esta dimensión, que nacieron para la vida sencilla, pero exuberante en generosidad.
La única
persona con la que he tenido una relación de armonía total , ha sido hasta
ahora, mi Tio-chi, ¡de verdad! nunca hubo entre nosotros un solo atisbo de tensión,
mucho menos de conflicto o enojo…¡no lo hubo!Creo
que es la aguja encontrada en el pajar, ¡y eso lo celebro con guirnaldas de
flores en su recuerdo! .
Tio-chi, mi primo Carlitos y yo, en la Casa del Monte
Desde muy jovencito Francisco fue Tata de sus hermanos menores, pilar de afecto en nuestra familia y de sus parientes en Esparta, su tierra natal. Fue muy apreciado por sus compañeros de luchas, amigos, colegas y discípulos.
Tio-chi, mi primo Carlitos y yo, en la Casa del Monte
Desde muy jovencito Francisco fue Tata de sus hermanos menores, pilar de afecto en nuestra familia y de sus parientes en Esparta, su tierra natal. Fue muy apreciado por sus compañeros de luchas, amigos, colegas y discípulos.
Hombre
de energía muy ying, sencillo, inteligentísimo y sensible. Amante de lo popular
y de una amplia cultura de la que no se vanagloriaba.
Los
domingos trabajaba -embelezado- en su jardín, con la legendaria bata de levantarse
azúl-raída, la enorme ceniza del cigarro que hacía equilibrio entre sus labios, mientras el machete subía y bajaba rozando sus invencibles pantuflas.
Coleccionaba chunchillos muy vacilones, y bellas obras de arte.
Coleccionaba chunchillos muy vacilones, y bellas obras de arte.
Su
tos de fumador sin tregua, adelantaba su llegada, que siempre culminaba con
aquella sonrisa pícara, desbordante de gentileza.
Creador
de una vasta obra literaria de gran calidad. Publicó cuentos, ensayos, poesía,
entre otros géneros; como la biografía dedicada a mi abuelo, que escribió luego de
una investigación profunda, minuciosa,colmada de afecto y admiración hacia la
vida del que fue su suegro y amigo: Carlos Luis Sáenz: El Escritor, el Educador
y el Revolucionario, un valiosísimo documento histórico.
Chico
Zúñiga fue agente de seguros y militante de Vanguardia Popular ,durante el día.
Lector incansable, estudioso, escritor y soñador, durante la noche.
Allá
por los años 90, fui su alumna en un uno de los talleres de poesía en El Café Cultural del INS, espacio del que fue co-fundador y que dirigió por varios años.
Ahí recibí sus enseñanzas que fueron para los que le aprendíamos, las de un gran maestro.
A él le debo, además, el regalo de la publicación de mi libro de poemas. No olvido
el afecto y entusiasmo con el que lo hizo.
Estando
enfermo de cáncer dedicó sus últimos meses, a su labor de tallerista en
diversas comunidades del país, haciéndolo de forma desinteresada, como el decía, siguiendo una misión.
Apasionado
artista, con enorme calidez humana, se despidió de la vida, dejando un
importante legado literario, mucho afecto y humor entre los que tuvimos la dicha de compartir su existencia.
Con
profundo amor y gratitud, te guardo por siempre en el nido de mi corazón,
Comparto un soneto suyo :
ESPARZA
Esparza es más vieja que mi abuela:cuatro siglos al hombro se maneja.
Dicen que un Anguciana le dio ceja
y la hizo ciudad. Como en novela
*
la Esparza de mis días se me cuela
con casas de madera, techo en teja,
cuadrantes en su línea bien pareja,
cocinas de fogón y con cazuela.
*
Esparza de tortilla y bizcotela,
de cuentos sobre espantos y conseja
y juegos de canica y de rayuela:
*
¡Esparza todavía en candileja!
Hoy el progreso a mi ciudad revieja
olvidó de Anguciana la tutela.
Geografía Sencilla, Editorial Costa Rica.
Libros Publicados
- Trillos y nubes San José, C.R. : Imprenta Tormo (1964) Cuento
- La mala cosecha Santiago, Chile (1967) Cuento
- Los Dos Minutos y otros cuentos San José : Editorial de Costa Rica (1976) Cuento
- Sonetos de amor en bicicleta Autor: T. Joroba. San José : Ediciones Dromedario (1977) Poesía
- El viento viejo San José : Editorial de Costa Rica (1978) Cuento
- El soneto en la poesía costarricense San José : Editorial Universidad de Costa Rica(1978) (Antología)
- Geografía Sencilla San José : Editorial de Costa Rica (1980) Editorial de Costa Rica (ECR) Poesía
- Carlos Luis Sáenz: el escritor, el educador y el revolucionario San José : Ediciones Zúñiga y Cabal, (1983)
- Todos los días Cuentos, San José : Editorial de Costa Rica (ECR) (1983)
- Yo no tengo ningún muerto San José, C.R. : Editorial Presbere, (1986) Cuentos.
- La encerrona de la chupeta y otros desbarajustes San José : Editorial Universidad Estatal a Distancia (UNED), (1994)
- Cuentos Prohibidos Autor: T. Joroba; San José : Ediciones Zúñiga y Cabal, (1994) Cuento
- El amor y algunos entredichos Autor: T. Joroba y F. Zele.; San José : Ediciones Zúñiga y Cabal, (1995)
- Tomados de Cuentos prohibidos (1995) T. Joroba
- Cuentos de patria y muerte San José : Ediciones Zúñiga y Cabal, (1995) Cuento
- … Y hubo un pueblo de niños San José: Ediciones Zúñiga y Cabal, (1995) Novela.