lunes, 23 de enero de 2017

Tutsi , mi amorgata compañera y maestra





En-tierra
Con amor y profunda gratitud a este ser luminoso que me acompañará en el tiempo.

Mi amiga Dora me contaba que doce lunas después de la muerte de su hijo, ella regaló matitas a quienes se reunieron a recordarlo.

-Lo puse a él en tierra y ahora yo doy matas-

Tres mañanas atrás, mi gata Tutsi me acompañaba a preparar el terrenito para la huerta, que la amiga me ayudaría a sembrar.

Apenas pasó una tarde, cuando Dora me avisa que murió mi gata, que ella me la rescató. -¿Se la entierro? -me dijo…solidaria.

La cabeza se salía, el corazón daba vueltas. En medio torbellino
una idea me apaciguó: La Tierra imparable, en un segundo abre su vientre oscuro y en otro lo cierra: engendra, sepulta, engendra, sepulta…con amor incondicional recibe y da.

Tardé  un siglo de tristeza acomodando el ovillo de su estilizado cuerpito aún sedoso, en el hoyo en- tierra de nuestro patio...

El atigrado y rayado cuerpo de mi Tutsi amada.

Al regar mi nueva huerta, siento al lado mío , su sombra relamerse plácida. Con el corazón desgranado, aprendo de Dora y veo la ausencia  transformarse en  matitas, albahacas y culantros que crecen en-tierra, como Tutsi en mi alma.






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