En-tierra
Con amor y profunda gratitud a este ser luminoso que me acompañará en el tiempo.
Con amor y profunda gratitud a este ser luminoso que me acompañará en el tiempo.
Mi amiga Dora me contaba que
doce lunas después de la muerte de su hijo, ella regaló matitas a quienes se
reunieron a recordarlo.
-Lo puse a él en tierra y
ahora yo doy matas-
Tres mañanas atrás, mi gata
Tutsi me acompañaba a preparar el terrenito para la huerta, que la amiga me
ayudaría a sembrar.
Apenas pasó una tarde, cuando
Dora me avisa que murió mi gata, que ella me la rescató. -¿Se la entierro? -me dijo…solidaria.
La cabeza se salía, el
corazón daba vueltas. En medio torbellino
una idea me apaciguó: La Tierra
imparable, en un segundo abre su vientre oscuro y en otro lo cierra: engendra, sepulta,
engendra, sepulta…con amor incondicional recibe y da.
Tardé un siglo de tristeza acomodando el ovillo de
su estilizado cuerpito aún sedoso, en el hoyo en- tierra de nuestro patio...
El atigrado y rayado cuerpo
de mi Tutsi amada.
Al regar mi nueva huerta,
siento al lado mío , su sombra relamerse plácida. Con el corazón desgranado,
aprendo de Dora y veo la ausencia transformarse
en matitas, albahacas y culantros que
crecen en-tierra, como Tutsi en mi alma.
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