viernes, 5 de junio de 2015

Poema Ultimo de Carlos Luis Sáenz








Recordándo a mi abuelo, Carlos Luis Sáenz, en los días de su natalicio:

Hay un poema de Calú, que nunca puedo leer sin que el llanto me invada.

Me conmociona profundamente.

Siempre.
 
Con su mano débil pero con el corazón firme, lo escribió a lápiz.

Lo escribió en la intimidad conciente de su lecho de muerte.

Como un acto de alta devoción hacia él, transcribo y comparto sus palabras, que retratan la Grandeza de su Espíritu, que no dejó de verse así mismo para crecer. Para darnos luz. 


Letanía del Perdón

¡Perdón, por el amor de Dios perdón!
Perdón por aquel fuego que no encendí en invierno
para el conforto
del peregrino sin techo.
Perdón por la hogaza de pan tierno
que un día no compartí
con el viejo y su perro.
Perdón
porque no dí la mano al ciego
que atravesaba el puente polvoriento,
ni dí al niño anheloso,
rosa o manzana de mi huerto.
Perdón
porque no dí de beber al sediento,
ni visité al enfermo.
Perdón
por tantas veces
como el amor al prójimo
fue estéril en mi pecho
y no escuché el divino
mandato del maestro.

Carlos Luis Sáenz.
Barrio México, Noviembre 1983

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